LA DIETA PALEO.
Resumen general:
Comer: verdura, fruta, carne, pescado, huevos, frutos secos, semillas, aceites,
especias y hierbas. En menores cantidades tubérculos y otras raíces.
No comer: azúcar ni granos procesados (harina, trigo, maíz, cereales, pasta, pan).
Explicación
La dieta de
la mayoría de personas en la actualidad en el mundo “desarrollado” es muy alta
en carbohidratos.
De forma
simplificada el cuerpo humano tiene el siguiente sistema para la obtención de
la energía que nos hace funcionar diariamente:
-Su recurso
más rápido de energía es el “azúcar” (carbohidratos), que convierte en
glucógeno y que usa para esfuerzos fuertes y explosivos así como para esfuerzos
sostenidos durante mucho tiempo.
-El recurso
más lento es la grasa, que se usa como fuente de energía en actividades menos
exigentes (caminar, trotar, etc.)
El problema
es que el cuerpo sólo puede almacenar una pequeña cantidad de carbohidratos de
forma que estén listos para usarse como energía rápida (debido a que tu cuerpo
está diseñado para vivir en un ambiente en el que había muy pocos
carbohidratos).
De esta forma
cuando te levantas por la mañana y te tomas un café con una magdalena o unas
galletas ya llenas tus reservas de “azúcar”. El resto de carbohidratos que
consumes son convertidos en grasa que es almacenada en tu cuerpo para usar como
energía en el futuro.
Nuestros
ancestros sólo comían plantas y animales (en muchísimas formas diferentes) para
obtener todos los nutrientes que necesitaban. Además comían mucho más
esporádicamente, debido a que no tenían un aprovisionamiento constante de
alimentos como tenemos hoy en día, por eso el ser humano se adaptó a almacenar
energía como grasa para usarla como energía en tiempos de escasez. De esta
forma actualmente la mayoría de personas al comer diariamente excesivas
cantidades de carbohidratos almacena mucho más grasa de la que gasta, por lo
que llevando una dieta adecuada puedes cambiar esto y que este sistema juegue a
tu favor, manteniendo un nivel óptimo de grasa corporal y estabilizando tu
apetito y niveles de energía.
Es una forma
de comer sano mediante la reducción del consumo de carbohidratos procesados (no
solo azúcar sino también granos cultivados, incluso los integrales), lo que
produce el efecto de moderar la producción de insulina. Este simple cambio, te
ayudará a evitar los desagradables efectos físicos inmediatos de una dieta
típica alta en carbohidratos, te ayudara a tener éxito en tus metas de perder
peso y a prevenir muchos de los problemas de salud y enfermedades relacionadas
con el estilo de vida moderno.
QUÉ COMER
La base de tu
dieta deben ser las verduras. En segundo lugar está la carne, el
pescado y los huevos. Y por último la fruta, los frutos secos, semillas,
aceites (de oliva o de coco), especias y hierbas.
Es así de
simple. Si quieres simplificarlo todavía más se podría decir que debes comer plantas (verduras,
frutas, frutos secos, semillas, hierbas y especias) yproductos animales (carne,
pescado y huevos).
Mientras que
las verduras, frutas, hierbas y especias no aportan muchas calorías, deberían
ser la principal fuente de la que obtienes carbohidratos (los pocos que vas a
consumir) y micronutrientes (vitaminas, minerales, etc.).
Los frutos secos, semillas y productos
animales son calóricamente densos, estimulan una producción de insulina mínima
y son una fuente perfecta de proteínas y grasas saludables.
Puede que te
cueste un poco centrar tu dieta alrededor de las verduras, ya que estamos tan
acostumbrados a comer cosas procesadas, empaquetadas y altas en carbohidratos.
No sigas el ejemplo de los restaurantes que sirven unas pequeñas cantidades de
verduras como decoración y sírvete grandes porciones de las mismas que llenen
tu plato. Disfruta de las verduras crudas, guisadas, hervidas o al horno. Hazte
deliciosas cremas de verduras, compra algunas que nunca hayas probado e
infórmate de las mejores recetas.
En la era
paleolítica, la mayoría de las calorías de la dieta humana provenía de comer
todo tipo de animales, incluyendo insectos, anfibios, pájaros, sus huevos,
pescado y marisco, pequeños mamíferos y en ocasiones algunos mayores. Aquellos
humanos que vivían cerca del ecuador comían más plantas y menos animales,
mientras que los que vivían en latitudes más frías tenían menos plantas a su
disposición por lo que consumían más carne.
Estas comidas
les proporcionaban cantidades considerables de proteína y todo tipo de ácidos
grasos y vitaminas. Se estima que en épocas de abundancia comían entre 300 y 400
gramos de proteínas y hasta 200 o más gramos de grasa en un día y aún así
mantenían un físico delgado y esbelto. Por supuesto también consumían muy pocos
carbohidratos por lo que mantenían niveles bajos de insulina y eran excelentes
usando la grasa como fuente de energía.
QUÉ NO COMER
Hoy en día el
número de agentes tóxicos en nuestra dieta es peor que nunca. Por tóxicos
quiero decir productos manufacturados que son extraños a nuestros genes y que
alteran el funcionamiento normal y saludable del cuerpo humano.
Los peores de
todos son obvios: refrescos, azúcares, grasas químicamente alteradas y
comidas altamente procesadas.
Sin embargo
otras comidas son generalmente aceptadas como saludables o energéticas aun
siendo igualmente "veneno" en nuestra dieta: granos procesados (cereales,
trigo,harina y sus derivados, pan, pasta, maíz etc.).
Has leído
bien, estos productos son generalmente inapropiados para el consumo humano ya
que nuestro sistema digestivo y nuestros genes no han tenido tiempo para
adaptarse a la estructura proteínica de los granos y la carga excesiva de
carbohidratos de todas las formas de granos cultivados, incluidos los
integrales.
Evitar
completamente:
-Cualquier
cosa con azúcar: refrescos, zumos, dulces etc.
-Cualquier
cosa con harina, trigo, maíz: pan, pasta, pizza etc.
-Comer sólo de vez en cuando y en poca cantidad:
Aunque no
sean precisamente lo que comían nuestros ancestros, un consumo moderado de los
siguientes alimentos puede añadir un beneficio nutricional a tu dieta sin
consecuencias negativas, siempre que no se les dé mucho protagonismo.
Si tu objetivo es una reducción a niveles ambiciosos de grasa corporal (menos
del 10%) deberías también eliminar estos alimentos.
En este caso
hablamos de: café, productos lácteos, alcohol, chocolate y arroz(evitar
otro que no sea el arroz blanco).
En esta categoría también entrarían las legumbres, que son ricas en minerales como potasio y magnesio,
pero son bajas en proteínas en comparación con la carne y bastante altas en
carbohidratos.
LO QUE VA A PASAR
Si esta dieta
supone un cambio muy significativo con respecto a tu dieta actual, es
recomendable que vayas haciendo cambios poco a poco, ya que un cambio muy
brusco puede provocar que fracases. Es preferible que vayas cambiando poco a
poco tu forma de comer para que te sea más fácil acostumbrarte, siempre
manteniendo el objetivo final en mente. Por ejemplo empieza quitando los
refrescos, o tal vez el pan y cuando estés acostumbrado da otro paso más como
por ejemplo quitar la pasta o los zumos. Vuelve a leer este libro de vez
en cuando para que no olvides cual es la dieta objetivo. De esta forma tendrás
más posibilidades de éxito.
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